La democracia complicada, por Francotirador en la ribera

Reflexión semanal del periodista Víctor Pineda Riveros, un francotirador en la ribera.

Estamos casi todos de acuerdo (por lo menos entre la gente que conozco o la que me interesa), que, con todas sus imperfecciones, no existe mejor sistema de convivencia social o régimen político que la democracia. Así, a poto pelado y sin apellidos ni supuestos proteccionismos.

A la gran mayoría de los chilenos nos gusta la democracia. Sin embargo, en los últimos años han surgido grupitos que reniegan de ella, la desconocen y dejan la impresión de que les gustaría probar el sabor del fierro que padecieron sus padres o abuelos. No se los recomiendo.

Con todas sus cosas, sus cientos de detalles que merecen ser reparados, el juego democrático bien llevado es entretenido, abierto y la mejor forma de combatir males peores. La democracia no es perfecta, eso que siga claro. Por ejemplo, se presta para que lleguen a cargos de elección popular personajes que no saben más que mover la culebra, hacer promesas imposibles de cumplir, imponer el brillo del oro por sobre las ideas o instalarse hasta cuando puedan en sillones que les quedan demasiado grandes. Otros no tienen más mérito que ser obedientes soldados de causas de dudosa utilidad para la mayoría de los ciudadanos.

Optemos, mejor, por pensar bien de las decenas de vecinos que están empeñados en alcanzar algún cargo el 10 y 11 de abril, en la espectacular cuádruple elección de gobernador (a) regional, convencionales constituyentes, alcalde o alcaldesa y concejales. Confiemos en que quienes participan en esta lucha que es cruel y es mucha dejen un grato recuerdo entre su gente cuando llegue la hora del balance.

No es broma lo de la lucha cruel. Tomemos ejemplos de nuestra región para ver lo que enfrentan los electores. De partida, los postulantes a gobernador (a) de Los Ríos son cinco; los que quieren ser convencionales constituyentes por el Distrito 24, que corresponde a las doce comunas, son 41. A ellos hay que sumar, por ejemplo, que tanto en Valdivia como en Panguipulli los que pretenden llegar al trono de la alcaldía son cinco, cifra que se reduce a tres en La Unión. En cuanto a candidatos a concejales, la capital regional tiene nada menos que 66 pretendientes, de todos los partidos, movimientos, tendencias, además de independientes, igualmente variopintos. Entre ellos hay un número mayor de caras nuevas, pero tampoco faltan nombres que a estas alturas de la vida ya debieran ser designados ediles honorarios en reconocimiento a su perseverancia. No se han perdido una, desde 1990 a la fecha, sin llegar a la meta.

Tantas elecciones hicieron obligatorio programarlas en dos días seguidos, lo que hace necesario cuidar los votos de los pillines que felices se ofrecen a cuidarlos en su casa. Es algo inédito en nuestra historia republicana y que hacen necesario pensar en modernizar el sistema. Ya es hora del voto electrónico, desde la casa, con el perdón de los que se ganan unos pesitos como colaboradores del proceso, como los heroicos vocales de mesa. Son las complicaciones de la democracia.

Víctor Pineda Riveros